EUROPA
PRESS
24 abril
2019
La
obesidad, vinculada a diferencias en la forma y estructura del cerebro
Investigadores que utilizan tecnología
de resonancia magnética (RM) sofisticada han descubierto que los niveles más
altos de grasa corporal están asociados con diferencias en la forma y
estructura del cerebro, incluidos volúmenes más pequeños de materia gris, según
un estudio publicado en la revista 'Radiology'. Los
hallazgos añaden información importante a nuestra comprensión de la conexión
entre la obesidad y las consecuencias negativas para la salud, como la
demencia.
"La RM ha demostrado ser una herramienta insustituible
para comprender el vínculo entre las diferencias neuroanatómicas del cerebro y
el comportamiento", afirma la autora principal del estudio, Ilona A. Dekkers, del Centro
Médico de la Universidad de Leiden, en Leiden, Países Bajos. "Nuestro
estudio muestra que la recopilación de datos muy grandes de datos de RM puede
llevar a una mejor comprensión de qué estructuras cerebrales están involucradas
en todo tipo de resultados de salud, como la obesidad", añade.
La obesidad representa uno de los problemas de salud pública
más desafiantes del mundo. La pandemia global ha provocado una mayor incidencia
de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Estudios anteriores también
han relacionado la obesidad con un mayor riesgo de deterioro cognitivo
acelerado y demencia, lo que sugiere que la enfermedad causa cambios en el
cerebro.
Para obtener más información sobre estos cambios, los
científicos analizaron los resultados de imágenes cerebrales de más de 12.000
participantes en el estudio Biobank de Reino Unido,
un importante ensayo iniciado en 2006 para aprender más sobre los factores
genéticos y ambientales que influyen en la enfermedad. Los escáneres cerebrales
utilizaron sofisticadas técnicas de resonancia magnética que proporcionaron
información tanto sobre la materia gris rica en neuronas como sobre la materia
blanca, a menudo conocida como el cableado del cerebro.
Los resultados muestran algunas asociaciones claras en los
pacientes entre el porcentaje de grasa corporal y la forma y estructura del
cerebro, también conocida como morfología. "Descubrimos que tener niveles
más altos de grasa distribuida en el cuerpo se asocia con volúmenes más pequeños
de estructuras importantes del cerebro, incluidas las estructuras de materia
gris que se encuentran en el centro del cerebro", explica el doctor Dekkers.
"Curiosamente, observamos que estas relaciones son
diferentes para hombres y mujeres, lo que sugiere que el género es un
importante modificador del vínculo entre el porcentaje de grasa y el tamaño de
estructuras cerebrales específicas", agrega este investigador.
A más grasa
corporal, más cambios en la materia blanca en ambos sexos
El análisis mostró que, en los hombres, un mayor porcentaje
de grasa corporal total se correlacionaba con un menor volumen de materia gris
en general y en estructuras específicas involucradas en los circuitos de
recompensa y el sistema de movimiento. En las mujeres, la grasa corporal total
solo mostró una asociación negativa significativa con el globo pálido, una
estructura involucrada en el movimiento voluntario. Tanto para hombres como
para mujeres, un mayor porcentaje de grasa corporal total elevó la probabilidad
de cambios microscópicos en la materia blanca del cerebro.
Las ramificaciones de estos hallazgos, aún no totalmente
claras, podrían ser de importancia significativa, según los autores. Un volumen
más pequeño de materia gris sugiere la pérdida de neuronas, y los cambios en la
materia blanca podrían afectar adversamente a la transmisión de señales dentro
de las redes cerebrales. Dado que también se sabe que los volúmenes de materia
gris subcortical más pequeños desempeñan un papel en los circuitos de recompensa
de alimentos, estos cambios también pueden dificultar que las personas obesas
controlen su peso, apunta Dekkers, aunque se
necesitará más investigación para respaldar esa conexión.
La razón de los efectos adversos de la obesidad en el
cerebro no se conoce con precisión. La investigación ha demostrado que la
inflamación de bajo grado característica de la obesidad puede tener efectos
nocivos en el tejido cerebral. Hay evidencia de que las respuestas celulares
producidas en el cerebro debido a la inflamación pueden estar detrás de estos
efectos.
El estudio analizó el porcentaje general de grasa corporal y
no distinguió entre los diferentes tipos de grasa en el cuerpo, lo que, según Dekkers, podría ser un área para investigaciones
adicionales. De particular interés es la grasa blanca visceral que se encuentra
alrededor de los órganos abdominales. Este tipo de grasa, también conocida como
grasa abdominal, es parte del síndrome metabólico, un grupo de factores que
aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes.
"Para futuras investigaciones, sería de gran interés si
las diferencias en la distribución de la grasa corporal están relacionadas con
las diferencias en la estructura morfológica del cerebro, ya que la grasa
visceral es un factor de riesgo conocido para la enfermedad metabólica y está
vinculada a una inflamación sistémica de bajo grado", apunta el autor
principal del estudio, Hildo Lamb, director del Grupo
de Imágenes Cardiovasculares del Centro Médico de la Universidad de Leiden.